CAMPOS
DE ALFALFA
Voy
paseando y me detengo en un campo de alfalfa, está empezando a florecer. Me
gustaría sentarme y esperar a que las flores salgan, ¿Por qué no? Me pregunto.
Dicho
y hecho me siento en la vereda, observo las pequeñas flores que están a punto
de abrirse y busco en el recuerdo este mismo campo el verano pasado, lleno de
flores con su intenso morado. Que hermosas flores, me encandilo en mi visión.
Vuelvo
al campo, voy a leer mientras espero, me percato de que soy abeja, aunque esta
vez no me he tenido que poner el disfraz, directamente me he transformado,
¡curioso! Cojo el libro con mis patitas dispuesta a esperar pacientemente a que
las maravillosas flores tengan a bien crecer y abrirse.
Miro
a mi lado y no soy la única que está en el borde del campo esperando, se ha
formado una fila de abejas, peones dispuestos a comenzar la tarea del día,
claro he de saltar de flor en flor para polinizarlas, yo también soy una obrera
que viene a cumplir su trabajo.
Disfruto
haciendo esto, que suerte tener un trabajo el cual, además es mi pasión.
El
sol ya ha absorbido el rocío y las flores empiezan a abrirse perezosamente. De
momento el campo está salpicado de florecillas, como si fuera el cielo
salpicado de estrellas, aunque en breve estará todo el campo plagado de bellas
flores dispuestas a regalarnos con su bien más preciado, su polen, el cual nos
beneficia a las dos partes.
Pues
bien dejo el libro y al tajo. Voy de flor en flor, aunque soy selectiva, me lo
puedo permitir, buscando las flores más agraciadas para lanzarme a ellas en
plancha como si de una piscina se tratara para impregnar bien mis patitas y
hacer que la magia de la propagación se realice.
Hay
trafico he de prestar atención, ya que soy tan impetuosa y estoy tan feliz que
salto sin mirar si hay alguna compi arriba y ya he repartido algún golpe leve.
Ya
tengo el cupo, sin embargo no me voy del campo estoy hechizada por su belleza y
me siento en el bordillo a descansar mientras observo cómo le cambia la luz y
se llena de sombras.
Mañana
continuare, será otro magnifico día, a ver si madrugo como hoy y me da tiempo
de beberme el amanecer antes del curro.
Desam.
Ferrández
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